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20150519

Capmany Puccio, Mireya (1934 - )


Narradora y poeta nacida en Rosario (Santa Fe). En 1967 se graduó como Médica y llegó a radicarse a Formosa. Ejerció durante muchos años en el oeste de esta provincia, y capturó sus experiencias en el libro de relatos Cuentos del Monte Desamparo.

Trabajó en el Hotel Rural de Ingeniero Juárez y fue directora de la Sala de Primeros Auxilios de El Chorro. Sus rastros se han perdido en la actualidad. Se cree que está radicada en algún lugar del oeste formoseño, donde habría formado familia. Tampoco se conocen otras obras suyas. 
Su único texto édito es fundamental para la literatura formoseña, pues intenta semejar la gravedad de las narraciones de Horacio Quiroga pero en la atmósfera árida del oeste formoseño. Ella misma afirmaba: "Porque aquí es factible perecer de ser, errar perdidos en el desierto, sucumbir a escasos kilómetros de una heladera con suero antiofídico por carecer de un medio para llegar a ella, y la mortalidad infantil ni siquiera se registra de forma adecuada. En pleno siglo XX, ignorados héroes anónimos, maestros, enfermeros, policías, empleados mal pagados realizan una tarea que supera la mera obligación, una labor sacrificada y magnífica."

Obras:

  • Cuentos del Monte Desamparo (1974)



Fragmento de Cuentos del Monte Desamparo (1974)

Yo habito en el monte desamparo,
donde los hombres mueren
y los pastos menguan
en silencio,
allí donde la tierra es salitre y arena
y el fruto del mistol y la algarroba
casi fiesta
cuando cantan coyuyos
siesta arriba,
soledad sin caminos ni esperanza
para nadie,
arrasada por los vientos
y la miseria,
la sequía que aplasta los pozos y las reses,
las lluvias en verano desbordando aguadas,
allí donde los niños
apenas tienen tiempo de ser niños
y se nace y se vive condenado
a la madera, al hacha, a la intemperie,
al diente de la víbora,
al invierno desnudo de cobijas
y a la tuberculosis,
oeste de Formosa ( o de Chaco) por fuera de las rutas
de turismo,
donde no llegan las leyes,
al que siempre se amasa la promesa y limosna,
donde el último indio
tal vez espera en vano.

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