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20150503

Argüello, Eulogio Ireneo (1966 - )



Escritor nacido y residente en la localidad de Lucio V. Mansilla. Formó parte del Concejo Deliberante de esa localidad.

Nació en la entonces localidad de KM 60 NAVEGACION DE RIO BERMEJO, hoy denominada GRAL LUCIO VICTORIO MANSILLA (Formosa) el 28 de junio de 1966.
Es preceptor. Fue concejal de Gral. Mansilla. Fue Presidente de la Cooperadora Escolar de la EPES N° 32.
Es promotor voluntario del programa Pro Huerta INTA. Vive en Gral. Mansilla.


Obras:


  • EL ULTIMO CUERDO (poesía , Editorial Filofalsía Bs. As) esta obra fue presentada por primera vez en la Provincia de Formosa, por el escritor Orlando Van Bredam en la Ciudad de  El Colorado en 1990.
  • POESIA DEL HAMBRE (poesía) recibió el primer premio de poesía Editorial Argenta (Buenos Aires 2008).
  • HOMERO MANZI: POESIA NACIONAL EN VIGENCIA (ensayo) seleccionado dentro del programa de Subsidio Todos Somos Manzi, la edición fue solventada por la Secretaría de la Nacion Argentina, Editorial Librería De La Paz ( Resistencia, Chaco) 2008

En antologías:

  • POEMAS DE FORMOSA editado en 1994 por la Direccion de Cultura de La Provincia de Formosa, es una antología de autores formoseños en donde fueron seleccionadas tres poesías del autor.
  • LA VIDA FERTIL , antología de escritores formoseños, selección a cargo del profesor Humberto Hauff, editado por la Subsecretaría de Cultura de la Provincia de Formosa  en 2013., incluye varias poesías del autor.

Premios/Reconocimientos/Distinciones:


  • En 2014 obtuvo el primer premio en poesía Concurso Premios Fundación organizado por la Subsecretaria de Cultura de la Provincia de Formosa.
  • Participó en el taller de poesía dirigido por Diana Bellessi en Formosa (FNA, 2013)
  
[Fuente: datos proporcionados por el autor]






REQUIEM PARA MI ABUELO*


A Juan Onofre Amarilla 
 


Hace frío en las manos de mi abuelo.
Mucho frío. 
Y esas manos ayer ávidas trenzando tientos
hoy, temblorosas,
no pueden siquiera trenzar recuerdos.


Sus ojos se gastan horadando el cielo
como una manera absurda de atrapar vivencias
que se le fueron volando
en las alas del tiempo.


Yo lo miro.
La vejez se le ha empozado en el cuerpo.
Y sus pasos lentos como el recuerdo
son una búsqueda pasiva de otros cielos.


Yo lo miro.
¡Y no sé si es su tristeza o la mía!
No sé, pero en los dos
hay algo de nostalgia y despedida.


Quisiera detenerlo.
¡Decirle que su adiós es mentira!
Que es mentira la ceniza de sus cabellos.
¡Que es mentira todo! Mas, aunque duela,
la única mentira es esta ilusión mía.


Ojalá que cuando se aleje. Allá donde llegue
pueda seguir jineteando esperanzas.
Y rebenque en alto y sapucay en alto
para siempre haga astillas las despedidas.


…Hace frío en las manos de mi abuelo.
Yo lo miro.
¡Y quisiera decirle que todo es mentira!
Pero la vejez se le ha empozado en el cuerpo.


Yo lo miro.
¡Y no sé si es su tristeza o la mía!
¡No sé! Pero en los dos
hay algo de nostalgia, de requiem…
y despedida.


*"REQUIEM PARA MI ABUELO” pertenece al libro EL ULTIMO CUERDO.

VIRGINIDAD


Primera desnudez de mujer.
Las prendas caen al piso
como lluvias o alas…o salmos.
Temblor de millones de hojas:
el follaje de tu cuerpo es.
Remolino de miedo estremeciendo tu piel.
Invisibles potros desbocan,
galopar salvaje en el llano
o estallido de tambores de todas las tribus de antaño:
tu corazón desnudo es un cosmos
en cada latido queriendo salirse del pecho.


Silencio total; pero todo es himno.
Cada beso es una plegaria ¡y las manos cantan!
Todo sucede suavemente. Todo es relámpago.
Nos amamos. Hacemos el amor amando
y el tiempo y el mundo y la realidad no existen.
Ternura. Incendio. Enredar de cuerpos. Explosión.
Caricia. Gemido. Armonía y éxtasis… Amor.
El asombro se agranda en tus ojos:
lo desconocido duele y el dolor sorprende.
Y sin saberlo, en vos,
una mujer crece y una niña muere.


El poema va surgiendo, mágico, lento;
es puro susurro redactado beso a beso.
El poema somos vos y yo desnudos en el lecho.
(Escucha, escucha) aquí y ahora las palabras sobran:
Interrumpir, levantar la voz o decir algo es pecado
porque Dios está mirando ¡y bendice!:
somos sagrados.


*Virginidad fue incluido en la antología POEMAS DE FORMOSA

POESIA EXPLOSIVA


A Orlando Van Bredam

Complejo explosivo casero es el poema.
Cada verso es dispositivo imprevisible.
Cada palabra un secreto mecanismo disparador.
Hay pistas ocultas en cada sílaba.
Su lectura es una letal explosión.
Como proyectil bien construido, un poema,
un buen poema, deja secuelas en el lector.
Diseminados en las páginas de la memoria
quedan fragmentos de angustias,
restos de pasión, esquirlas de rabia o de ternura,
huellas de admiración, trocitos de esperanzas,
pedacitos de amor.
Un poema es un corazón desnudo
latiendo caliente en tus manos.
Extrema belleza y extremo riesgo es la poesía.
Rebelión de masa o de conciencias
gestándose desde la clandestinidad.
En el destierro es puro germen
de paz y libertad.
Sensible en extremo
a veces implosiona en pleno pecho del poeta.
En ese caso la poesía es
una casa diseñada solo para hospedar dolor.


Cada verso es un corazón desnudo
latiendo caliente en tus manos.
Cada latido es poesía explosiva.
Cada latido es explosión de poesía.
Para evitar secuelas en quien escribe
es conveniente despojarse de todo ropaje,
arrancarse de punta a punta la piel,
despielarse
y que la escritura sangre al hablar.
Mostrar cada línea en carne viva
sin maquillajes de vergüenza o ceremonial.
Aun así
si en medio de la globalización y la tecnología
absolutamente nadie pero nadie
ve o escucha el latido extraordinario,
habrá que presionar el detonador
y frente a todos hacerla estallar:
surja entonces el milagro de la vida
o la destrucción:
surja el big bang de la poesía.


*Poesía Explosiva pertenece al libro Poesía del Hambre

POESIA DEL HAMBRE


Cuando el hambre arrogante,
intruso derribador de puertas,
antiguo atizador de indecencias
se mude a la casa nuestra
con su amante doña Angustias:
diseñadora exclusiva de cien mil caminos
por los que transita la delincuencia;
impediremos que nos petrifiquen
malignos hechizos de la impotencia:
haremos un piquete al hambre mismo
haremos un paro a la indigencia.
Tomaremos por asalto la indefensa mesa
y asaltaremos también nuestra ollita vieja,
ollita negra, compañera de antiguas saciedades,
ollita negra, testigo fiel de nuevas tristezas.


Allanaremos el fin del mundo
de cada rinconcito de la casa nuestra
atrapando escurridizos pedazos de pan
rancios de tanto aguante y olvido.
Pan, trocito de pan, pancito, amigo,
obsesivo pulidor de platos,
anestesiador de los vientres,
milenario catador de salsas,
goloso seductor de los niños,
si tu milagrosa presencia no saciara
sobre su eje de infelicidad
haremos rotar al destino al raspar la olla.
Raspar la olla con la bronca de la cuchara.
Raspar la olla con la obstinación del alma
hasta que solo quede metal contra metal
chirriando de dolor o de rabia.
Raspar la olla aunque la olla gima
y se nos gasten todos los dedos
de tanto, tanto escarbar.


Esta guerra es a muerte.
Hoja por hoja extirparemos de los diccionarios
el cáncer de las palabras “duda” y “piedad”.
Incendiaremos las banderas blancas.
Asesinaremos las rebeldes lágrimas.
Decapitaremos la desesperanza.
Abortaremos todo feto de neutralidad.
Expulsaremos cada residuo de debilidad que
en presencia de los niños pretendan asomar.
Construiremos un eructo escandaloso.
Fingiremos saciedad.
Y sin esperar el milagro de la multiplicación
del vino, de los peces o del pan,
con la fe siempre en Dios
recolectando una a una
las curuvicas de amor de la familia
haremos un paro al hambre mismo
haremos un paro a la indigencia.
Y cada día sobreviviendo subalimentados
desde el altar de nuestra pobreza,
se oponga quien se oponga,
habremos de triunfar.


*este poema da título al libro Poesía Del Hambre y fue incluido por Humberto Hauff en la Antología La Vida Fértil

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