_

_

20180527

Francia, Timoteo



Orador y filosofo qom (toba), Timoteo Francia, un hombre que ha luchado desde su humilde lugar contra las injusticias y la opresión con las que siempre han lidiado las comunidades aborígenes.


“Le puso la voz a los reclamos de todos nosotros, porque el aborigen es humilde y sumiso, somos tímidos y por eso nos pasan a veces las cosas, él luchó contra eso, hizo mucho por su pueblo”.




Una antropóloga argentina, docente e investigadora del CONICET, Florencia Tola, tomó conocimiento del trabajo y de los escritos de Timoteo y decidió recopilar sus “pensamientos” y entendió que no son, y de hecho basta con leer algunas páginas para entenderlo, simples bagatelas; sino más bien reflexiones muy profundas, con una mirada diferente. La mirada de aquél que no tiene nada (materialmente hablando) pero lo tiene todo en cuanto a llenarse de vida.




La misma doctora Tola, refiere en la introducción del libro “Reflexiones dislocadas”, que “Es cierto que Timoteo se fue, sin embargo, quedaron sus enseñanzas, sus pasos, sus palabras (…) Son esas palabras las que tan generosamente él me legó y su familia en un acto de confianza me entregó en el 2008, días después de su muerte. Ellas son un tesoro, el tesoro que Timoteo creó durante toda su vida, un compendio de broncas, tristezas, alegrías y esperanzas plasmados en reflexiones, saberes, pensamientos e historias”.




Timoteo Francia nació en Misión Laishí, el 3 de julio de 1965. Fue el primer hijo de Hermenegilda López y Zenón Francia. Cuando era niño solía trabajar en las cosechas de algodón en la provincia de Chaco junto a su familia. Luego se trasladaron a Pampa del Indio (Provincia de Chaco) y allí continuó sus estudios. Hacia 1980, se instalaron en el barrio de Namqom.




Hacia el año 1993, sus padres construyeron una iglesia pentecostal –La Voz del Cielo- en el barrio Namqom y se mudaron allí cerca. Instalados en la Manzana 16, Timoteo y otros líderes de la comunidad, crearon la Asociación Civil Lucho Rodríguez con miras a luchar por los derechos humanos y territoriales de los qom.




En el 2001, Timoteo enfermó de tuberculosis y falleció el 4 de octubre del 2008.

La iniciativa de crear este libro que recopila los pensamientos y las reflexiones de este hombre durante la década del 80 hasta el 2000, surgió de parte de su familia quienes cumplieron así la voluntad de Timoteo quien hace tiempo tenía el sueño de publicar sus ideas que abarcan todos los campos: la filosfía, la política, la historia, la lengua y la historia, entre otras temáticas.




Sus hermanas y hermanos colaboraron para acercar su obra y gracias a que prestaron, en el caso de su hermana menor, Zulema, su amor y dedicación, se pudo transcribir sus escritos y darles una forma estructurada con un eje central y subejes que guiarán al lector.

Pero esta historia y que tengamos en nuestras manos este hermoso tesoro, como refieren sus seres queridos no hubiera sido posible gracias a la intervención de gente que ha querido mostrar quién fue Timoteo.




Por eso, es rescatable la iniciativa del vecino Demetrio Ibarra, un hombre que tomó conocimiento del libro y que “indignado reclamé porque en la última feria del libro de Formosa no estaba su obra, porque no tenían conocimiento de su existencia”. Gracias a la intervención de este vecino y de la antropóloga Florencia Tola, y al ahínco de sus familiares, hoy podemos decir que damos cuenta del paso por esta tierra de un gran hombre y queda la tarea de ahora en delante de encarar su obra para el día de mañana afirmar que lo hemos conocido.


Fuente: Diario El Comercial

No hay comentarios:

Publicar un comentario